
Ahimsa , la «no violencia«. Es difícil hacer una traducción literal del sánscrito cuando lo que expresa es más comprensible desde el alma que desde la mente. Ahimsa es todo lo que no es violencia: es paz, es amor, es tranquilidad, es compasión. Es todo eso y es más que eso. Es un estado a cultivar.
Seguramente te suene la resistencia pasiva que practicó Mahatma Gandhi en su lucha por la independencia de la India. Esta resistencia estaba inspirada en Ahimsa, la no violencia, el defender los ideales desde el centro de la paz, desde el diálogo, desde el sentarse a compartir respetando el punto de vista del otro.
En el budismo (1) se considera que la práctica de Ahimsa debe ir más allá de no ser violento y debe ser investido del amor incondicional. Ese amor a todos los seres independientemente de que los conozcas o no. A partir de cultivar ese amor incondicional- Metta Bhavana– nos colocamos directamente en la no violencia, porque es difícil lastimar a quienes queremos….
¿No crees?
Pues resulta que no, que hacemos todo lo contrario por lo general. Y lo que es peor, ejercemos violencia contra nosotras mismas, nosotros mismos, los primeros.
Simplemente te propongo que durante el día observes muy detenidamente cómo te comportas contigo.
¿Duermes lo suficiente? ¿Te das tiempo por la mañana a estirarte o dejar que el cuerpo vaya agarrando ritmo, o saltas de la cama con prisa para ir a trabajar?
¿Te das tiempos de descanso en el trabajo o tus ocupaciones diarias? ¿ Qué tal comes? ¿Te alimentas correctamente o comes lo primero que encuentras? ¿Caminas un poquito después de comer?
Al finalizar tus ocupaciones diarias ¿tienes tiempo de cuidar tu cuerpo – por ejemplo con yoga-, o de conversar con amigos, famliares, de darte espacio para desconectar?
(Desconecta con un masaje o con una sesión de Reiki y reconecta contigo)
Al finalizar el día ¿con cuánta energía llegas a la cama? ¿Cómo llegas al fin de semana?
Observa tus hábitos y mira si realmente eres amorosa, amoroso, contigo o simplemente la inercia genera momentos de violencia contigo.
Y después, mira cómo cultivar Ahimsa con las demás personas, en tu entorno: ¿levantas la voz en seguida? ¿te enfadas mucho?
¿Qué tal el trayecto al trabajo? ¿Te peleas con el tráfico, juzgas a la gente? ¿Pones límites a las personas o dejas que te avasallen? ¿O eres tú quien avasalla? ¿Qué opinión tienes de tus compañeros de trabajo? ¿te sientes superior? ¿Exiges demasiado a tus hijos/as?
Estas son algunas de las preguntas que se me ocurren que podrías contemplar. Pero seguro que encuentras otros aspectos en los que puedes practicar Ahimsa.
Como ves, cultivar Ahimsa no es ponerte en loto deseando amor incondicional a todo el mundo. Eso es muy fácil.
(Si quieres practicar abrir tu corazón y practicar Ahimsa, accede a la siguiente meditación de Ahimsa)
Lo difícil es comportarte amorosamente y de forma no violenta contigo y con tu mundo. Pero antes hay que darse cuenta.
¿Quieres mirar hacia dentro?
Encuentra una meditación sobre Ahimsa en/ https://titileku.com/audios/
(1) Parte sobre el budismo, inspirada en https://yogaespacio.com/2018/08/ahimsa-principio-de-no-violencia/