Aparigraha es el último de los Yamas, o acciones a evitar que componen el Karma Yoga o Yoga de la acción.
La primera vez que me dijeron que tenía que practicar más el «desapego» no me gustó nada.
Me parecía que me estaban pidiendo que fuera alguien mucho más frío, una persona que no es muy familiar, que va a su bola y pasa de todo el mundo.
Además de eso, me daba la impresión de que nunca podría llevar a cabo esta idea del desapego, porque yo no era capaz de prescindir de las cosas y quedarme así, sin más. No me veía en una cueva, sin cosas, sin ropa, sin familia… no.
el verdadero significado…
Pero afortunadamente, comprendí que Aparigraha, el desapego, es algo mucho más sencillo:
«No aferrarte a ninguna persona, evento o cosa»
¡Eureka!
No AFERRARTE. A-FE-RRAR-TE. Así, de hierro.
No quiere decir que no tenga cosas o que no me rodee de personas a las que considero importantes. Quiere decir que no dependa de ellas para seguir mi vida.
Que no DEPENDA de tener tal cosa para que me genere felicidad o estabilidad.
Y es que de ahí viene todo el apego. Nos apegamos a cosas, personas o situaciones porque nos hacen sentir confianza, paz, tranquilidad,… nos hacen sentir que hay estabilidad y nos queremos quedar ahí.
Pero cuando llegan los cambios, es cuando nos damos cuenta de que no nos queremos desapegar.
es una cuestión de poder
Con esta actitud inconsciente vamos dando poder a cosas y a personas necesitando cada vez más. Una vez satisfechos los deseos de lograr cosas, se nos plantean más cosas nuevas. Y es una rueda constante. La ambición se vuelve avaricia y en vez de liberarnos nos esclaviza.
Aparigraha, el desapego, en el siglo XXI es todo un reto ya que vivimos en sociedades donde hay siempre una incitación a consumir y comprar. En marketing hay una estrategia que se llama «punto de dolor» del cliente. Lo tocas, luego entregas la solución y la gente te compra.
Vivimos siempre con la idea de que «necesitamos», de manera que nos apegamos a ir cubriendo esas necesidades.
Simplemente el desapego es disfrutar y aprovechar las cosas, las personas, las situaciones, sin que ellas tengan el poder sobre ti.
Aportan, pero no son el centro de tu felicidad. No le des el poder a algo externo porque cualquier cambio o variación fuera de tu control te puede generar desequilibrio o desasosiego.
Saber que la vida es constante cambio nos puede ayudar a abrirnos a disfrutar más el presente y a valorar lo que tenemos en ese instante. Y después, cuando sea otro momento, diferente, ver que hay otras cosas que me aportan.
Desapego/Aparigraha no significa desinterés; desapego no es desamor.
No quiere decir que no te importen las cosas o que poseerlas sea “malo”.
El apego genera sufrimiento. Cuando no se «tiene» aquello de lo que se depende, puede llegar la sensación de malestar, ansiedad, tristeza, angustia, depre, sensación de vacío…todo esto te aleja de quien tú eres o de valorar otras cosas que ya tienes.
diferentes formas de apegarse
El apego a ideas de cómo deben ser las cosas. Supone querer controlarlo todo y cuando las cosas no se dan como queremos/planeamos/ideamos/o como «deben ser», nos supone un conflicto.
Y es que se trata de ver que el apego es una inseguridad, la necesidad de estabilidad que, a la larga, suele resultar inestable.
Porque la vida es constante cambio el exceso de apego te vuelve rígido.
Si te das cuenta, ya no eres la misma persona que eras hace un rato. Seguro que has leído, escuchado algo nuevo, has comido, respirado, hecho ejercicio…ya han habido cambios. Si quieres percibir el cambio, recuerda este mismo día del 2020. Momento pandemia… muchos cambios¿verdad?
¿Esto significa no tener deseos?
No, claro que se pueden desear cosas. El punto es no comprometer tu estabilidad y tu felicidad si no se cumplen. Puede ser que tu deseo se cumpla de otra manera pero no lo veas o no lo valores porque no es exactamente como lo ideaste. De nuevo la rigidez.
Depender de la presencia, opinión o dirección de una persona también te aleja de tu propio ser. Pensar que sin esa persona tú no eres nada, es quitarte todo el sentido y la autonomía como ser humano. Tú eres tú, con tus características, completa.
Cuando no somos capaces de dejar ir algunas relaciones que ya no forman parte de la siguiente etapa de la vida, es cuando tenemos el apego. No significa pasar de la gente y dejarla atrás. Claro que puede seguir en tu vida, pero no con la necesidad de que esté en tu vida, inexorablemente.
Practicar aparigraha en la vida cotidiana
Te propongo que observes a qué tienes más apego. Puede ser que acumules o tengas más de lo que piensas.
Recuerda que detrás hay un miedo que habla del sufrimiento, de la escasez, la sensación de que sin eso nos volvemos infelices.
La práctica de Aparigraha, el desapego, nos permite separar la sensación de bienestar de la cantidad de posesiones que tenemos, ya sean físicas o de otra índole (relaciones, ideas, conocimientos, etc).
Practicar Aparigraha, el desapego es dejar que las cosas sean como deban ser y aceptarlas como vienen; es dejar ir las cosas y a las personas cuando es el momento, entendiendo que nuestro avance en el camino pide dejarlo atrás y comprender que:
cuanto menos necesitas, más cerca estás de ti.
Dejar ir es tan fácil de decir como difícil de hacer cuando hay miedo, dependencia, emociones fuertes por el medio, falta de confianza en una misma… etc.
Pero se puede. Porque el camino del desapego es interno, es personal. Es desapegarse del deber ser, del quién soy ahí fuera y re-conocerme.
Ahí dentro hay muchos tesoros escondidos, muchas capacidades, muchas habilidades, pero sobre todo mucho amor, que es la receta perfecta para practicar Aparigraha.
Practica la meditación de Aparigraha .
¿Te resuena? ¿de qué otras maneras sientes que puedes practicar Aparigraha, el desapego?