Brahmacharya, significa «el camino de Brahma«, que es como se denomina a dios en los textos clásicos (Vedas) o «el camino hacia dios». En este camino, toda la energía se destina a dios.
Puede parecer un camino místico, alejado de la vida mundana, casi como un un camino de renuncia, incluso antes se relacionaba directamente con la castidad.
Sin embargo, reducir este Yama a la castidad es minimizar todo su potencial . Como sabes, la energía sexual es el centro de la vida desde donde nacen-además de bebés- nuestros proyectos y nuestras acciones.
Se relaciona con el elemento agua y por ello es un fluir constante de energía. Con ella, llevamos a cabo actividades cotidianas, nos adentramos en nuevas aventuras y vivimos la vida con plenitud y conciencia (Brahma, Dios, Buddha, Shiva, energía, vida, universo…). Disfrutamos a tope los sentidos, pero no nos perdemos en ello. Entregamos esa energía a algo más grande.
Así que Brahmacharya nos invita a manejar esa energía vital de forma coherente y racional para que realmente sea así:
Un camino gozoso, pleno, lleno de magia.
No un control absoluto de las aguas (que si no se mueven, se pudren) sino una distribución de esa energía para una vida equilibrada y plena.
¿Qué es la energía?
En Yoga la llamamos Prãna, pero puede ser que la conozcas también como el Chi (Qi), que usan la medicina china y el Taoísmo, por ejemplo.
La energía son pensamientos, alimentos, relaciones, el oxígeno, la naturaleza. Todo está compuesto de energía, todo es energía.
Según el TAO(1) nacemos con una cantidad de energía vital que proviene de nuestros padres y del universo. Esa energía es la conexión del cuerpo físico con el alma y se va utilizando y perdiendo a través de la vida.
Por un lado, se va perdiendo a causa del estrés o las emociones negativas en la vida cotidiana. Por otro lado, las mujeres durante la menstruación y en el parto dejan fuera parte de esa energía vital.
Así pues, nuestra energía es limitada internamente, pero fuera, existe una energía ilimitada en el universo con la que podemos conectar y nutrirnos.
¿COMO PUEDO CUIDAR MI ENERGÍA?
– A través de Prácticas específicas de movimiento del Chi o Prãna como el Yoga, asanas, la meditación, prácticas Taoístas,….¡incluso el baile! siempre que haya una conciencia del movimiento de la energía. El Reiki, los masajes, bailar, caminar, correr,….todo lo que sea movimiento y mantengas tu atención en esta actividad te ayuda a movilizar la energía. Soltar energías ya utilizadas (Apana)y limpiar el cuerpo/mente de energías pesadas y densas.
– Los alimentos. Cuanto mejores sean los alimentos que consumas, mejor será la energía que recibas. Cuanto más parecidos sean a su original, mejor, es decir: alimentos frescos, variados y poco procesados para que no pierdan tanto sus propiedades. Lo mismo con las bebidas; cuanto más parecido al agua, mejor.
– La forma de comer y de beber también influyen en cómo recibes la energía. Si lo haces rápido o con calma. Tú puedes ver si te alimentas de una energía favorable para ti o si la energía de la que te recargas te genera más pesadez y malas sensaciones.
– La respiración. Las prácticas de respiración consciente nos permiten absorber mejor el Prãna y dirigirlo a voluntad hacia zonas específicas del cuerpo, liberando lo sobrante o lo no beneficioso para ti.
– Las relaciones con otras personas. Rodearte de personas cuya vibración sea acorde a la tuya, que ambas os sintáis bien y a gusto en compañía de las otras. Personas con las que puedas sumar.
– La naturaleza. La naturaleza siempre equilibra a todos los elementos que contiene. Seguro que te has sentido mejor después de un rato de estar en el campo o en el parque o en un espacio con plantas y/o animales, aunque hayas ido con mucha carga energética.
¿CÓMO SABER cómo está mi energía?
Parándote a mirar y a sentir.
Quizá cuando leas esto pienses «sí, ahora me voy a poner a meditar, si no tengo tiempo de nada».
No se trata de ponernos en loto a mirar hacia dentro (que también). Solo es parar unos instantes, 30 segundos y responder a
«¿Cómo estoy?».
Mírate.
Verlo. Nada más. Solo darte cuenta de cómo estás, en diferentes momentos del día.
Por las mañanas, antes de salir de la cama, tomarte 2 ó 3 minutos para respirar y ver cómo estás ese día. Hay días de menos energía, hay días de más energía. Seguramente al final de la semana si madrugas de lunes a viernes, estés con más cansancio. Solo saber como estás, te ayudará a tener mejor día ya que emplearás tu poca energía en los aspectos más importantes o prioritarios.
Brahmacharya es manejar y gestionar de forma saludable esa energía.
No limitarla, bloquearla o ignorarla.
Porque de alguna manera acaba saliendo y a veces, la manera en la que liberamos esa energía pesada no es la manera más bonita y agradable. Cuando no podemos guiar y manejar esa energía nos sentimos con cansancio, sin ganas, sin fuerzas o todo lo contrario, sentimos alteración, irritabilidad, mal humor.
Si tienes poca energía y eres consciente de ello, no te irás 3 horas al gimnasio a machacarte con las pesas. O, si tienes mucha energía, quizá te cueste conciliar el sueño o hacer una tarde de pelis, sofá y mantita.
Brahmacharya no es un concepto alejado de los anteriores Yamas que hemos ido observando. Gestionamos las emociones sin violencia, sin reprimir y sin flagelarnos cuando las emociones nos superan.
Gestionamos la energía para irla cuidando y si no hay más, no nos forzamos a hacer cosas que nos desgasten. Tampoco la robamos a las demás personas (Asteya) y nos fijamos realmente en cómo estamos para actuar con coherencia y veracidad. (Satya).
Y tú ¿cómo practicas Brahmacharya?.
PD. También te recomiendo una maravillosa sesión de Reiki para reconectar con tu energía y la energía cósmica o un masaje de alineación de chakras, los centros energéticos. Una delicia…
(1)Esta información la he sacado del curso de Jutta Kellemberger, «Amor curativo femenino a través del TAO». Puedes visitar su página y conocer más acerca de ella y el TAO https://www.juttakellenberger.com