Svadhyaya significa » autoconocimiento».

¿Realmente te conoces? ¿Te has detenido a contemplarte, a saber por qué reaccionas de determinada manera o por qué tienes algunos hábitos?

Desde la filosofía del Yoga, este Niyama – acción interna a promover- nos lleva a la autoindagación, a conocernos a través e la exploración, contemplarnos como si nos observásemos desde fuera.

Cuando meditamos nos colocamos en el lado de quien observa, y lo llamamos «Sakshi o conciencia testigo». Mira en la pantalla mental – Chidakash– lo que sucede, como cuando ves una película. Pero esta observación es una observación sin juicio, mirarlo sin más, para darte cuenta de qué ideas y sentimientos van surgiendo constantemente sin identificarte con ellos.

Claro que eso no es fácil, porque mirarnos desde fuera sin juicio necesita entrenamiento y práctica. Tenemos mucho apego al personaje que «somos». Nos identificamos con profesiones, colores de pelo, nacionalidades, equipos de fútbol, caracteres (tímido, extrovertido, alegre, positivo…). Pero ¿realmente soy todo eso?

¿Me identifico con ello porque así me han dicho que es, porque creo que soy solo eso? 

Esa es una pregunta que deberás responderte tú.

Aquí unas orientaciones.

Para observarte, necesitas desapegarte (Aparigraha) de todos los atributos que definen quién eres. Mirarte con cariño (Ahimsa), sin mirar hacia otro lado cuando no te gusta algo, ser auténtica (Satya) sin pretender ser otra cosa (asteya), empleando la energía adecuada, sin desgastarte (Brahmacharya). Comprometerte contigo para iniciar el camino de la autoexploración- o autoconocimiento- (Tapas), dejando atrás cargas innecesarias (Saucha)y disfrutando el camino (Santosha) para conocerte y reconocer que eres un ser divino (Ishvara Pranidhana)

Iniciar el camino del autoconocimiento implica reconocer que somos seres espirituales – almas- que venimos a tener experiencias humanas para aprender cosas que de otra manera no podríamos hacer. 

Nos instalamos en un personaje que vivirá esas experiencias y desde ahí el Ser tiene esa oportunidad de aprendizaje. El tema está en que olvidamos quiénes somos (el Ser) y creemos que somos el personaje que somos en esta vida. La identificación nos aleja de nuestra verdadera naturaleza y puede ser que vivamos esta vida con excesivo apego. Se nos ponen delante las oportunidades de aprendizaje y nuestro libre albedrío es quien decide qué hacer con estas experiencias.

Por ejemplo, se puede vivir en la queja como una víctima de las circunstancias; o vivir esa experiencia como una prueba a superar, luchar y hacernos más fuertes;  se puede iniciar un camino de búsqueda a través de terapias alternativas o alguna religión; se puede vivir como un destino… 

Al final, todas esas características o etiquetas nos reducen a un personaje que  suele quedar alejado de quienes realmente somos, la esencia, el ser puro.

Quienes deciden indagar más allá de la vivencia, experimentan una sensación de constricción, de opresión, de no encajar con quienes sienten por dentro que son. Hay sufrimiento porque existe la sensación de «ser diferente», la obligación de cumplir con esas etiquetas y el miedo a romperlas. 

La causa del sufrimiento es la ignorancia de quiénes somos. El apego a ese personaje es lo que nos hace sufrir.  

Svadhyaya nos invita al autoconocimiento, al estudio de ti mismo/a para responder a : «y entonces ¿quién soy? «. 

¿De qué manera podemos realizar Svadhyaya, el autoconocimiento?

A través de la práctica de  asanas de yoga, aplicando la teoría a la práctica. Cuando una postura se siente placentera y trasciende lo físico para situarte en un estadio diferente, es un asana. Ahí estás conectando con tu ser. No eres mujer, hombre, ingeniero, adolescente, anciana, madre, hijo, profesor… No, en la esterilla se caen las etiquetas

A través del movimiento del cuerpo vamos encontrando cada vez más quietud. Entonces es buen momento para practicar meditación ( o atención, concentración, visualización). En la meditación trascendemos el cuerpo para ir trascendiendo la mente. Es una parte complicada en este mundo occidental donde todo es rápido, hay mucha información y mucho movimiento de la mente. Muchas fluctuaciones mentales. A través de la práctica meditativa, la mente se va calmando. No quieras que la mente se calle, es su naturaleza pensar. Pero sí puedes espaciar los pensamientos, aburrir a la mente y bajar todas las defensas que te están manteniendo lejos de tu Ser.

Existen muchas técnicas y herramientas de meditación para entrenarte en esta búsqueda del ser: indagación, mantras, pranayama, trataka, mudras…

(Si quieres practicar meditación desde tu casa, aquí tienes unas meditaciones guiadas)

Entonces en ese momento en que te desprendes del cuerpo, de la mente, es cuando el Ser aflora. Y es un momento maravilloso, de dicha total, de felicidad. Es cuando te das cuenta de todo, lo comprendes todo. 

Sin embargo, como estamos viviendo esta experiencia humana, es muy normal entrar y salir de esa «vivencia». El cuerpo-mente se activan y vuelves a «la vida». Sin embargo, ya no eres la misma persona. Te has conocido. 

Lo ideal es ser tú mismo/a desde el SER interior, y menos desde el Ser creado. Que puedas vivir esta experiencia desde tu verdadera naturaleza. 

También el conocimiento de los textos espirituales puede darnos luz sobre la verdadera naturaleza de nuestro ser. 

Te recomiendo «¿quién soy yo?» De Ramana Maharsi.  una lectura breve, pero profunda que te inspirará muchísimo.

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